El local es muy pequeño y esta abierto solo al mediodía. Los viernes y sábados también sirve cenas, pero solo en dos turnos, uno a las ocho y el otro a las nueve y media de la noche, de modo que es mejor reservar.
El ambiente es muy sencillo y genuino, con manteles de papel y solo tres menús escritos a mano en papel de estraza. La elección del vino es prácticamente inexistente, solo tinto y blanco de la casa. Los precios son medio-altos como la sensación de saciedad que uno se lleva al salir, pero merece la pena para probar una experiencia de verdad romana en un ambiente que es siempre mas difícil de encontrar entre las ofertas turísticas.
Para los mas curiosos, sora Margherita era una cocinera muy famosa en el barrio judío y cuando murió, para no perder la tradición culinaria que se llevaba, su discípula junto con unos amigos abrió otra vez el restaurante como asociación cultural y hoy en día sigue comprometiéndose a mantener sin cambios el sabor de la antigua cocina judío-romana.
Cada día escriben a mano un menú nuevo. |
Contactos:
dirección: Piazza delle cinque scoletlf: 06 687 4216
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Cuidado si es un día de calor...
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